Cinco minutos para amanecer y sigo escondido entre las dudas y las mitades que me han elegido para que pueda seguir volando entre mis recuerdos. Volar sin alas, volar sin aire, volar...muriendo
Y seguir sintiendo una y otra vez que siempre vuelve a suceder, que poco cuesta seguir mintiendo...
Qué ironía...tú no lo das, y nadie te lo quita.
A veces menos es más y sabes bien que a ti ya no te queda nada, nada que perder. Hace tiempo que dices, tienes que volver a ver la tierra bajo tus raíces. Tu no necesitas echar de menos tanto y vuelta a empezar, dos, tres dime y ¿ahora qué? Sigues viviendo con los milímetros que te quedan Andando sólo sobre unos pies... que ya no te llevan No sigas viendo sólo el final de las calles viejas que los principios suelen estar donde tú los dejas... Una y otra vez que siempre vuelve a suceder, lo que daría por entenderlo qué ironía... Si no lo das quién diablos te lo quita. Que ya no queda nada, nada que perder. ¿No lo entiendes? Piensa y luego me dices si no sientes nada. Con la cabeza entre los pies, a la fortuna pocas noches le quedan Ya lo debes de saber, y que la luna salga por donde quiera. Pero sin correr, que no haya prisa, te convenceré con millones de sonrisas. Para que te despiertes de una vez y te des cuenta que no hay nada que perder. Y no necesitas echar de menos tanto.
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